Nosotros

Inicio

El hilo comenzó a entrelazarse en la Cofradía del Santo Descorche. La reunión de personas libres, de bien beber y comprender que fuimos convocados, fundó tan ilustre cuerpo.

Se unieron talentos, simpatías, entendederas, proyectos y sueños para reivindicar el venerable arte de la libación del vino. Fijamos deberes y derechos a través de un reglamento y nos obligamos, so pena de males sin fin, a exaltar y disfrutar los valores médicos y culturales del vino; a promover su constante e impetuoso consumo y a enaltecer y disfrutar todas aquellas actividades y diligencias que nos guiarán, con sabiduría, en el siempre grato y retador arte del buen vivir, bien comer y mejor beber.

La amistad, desde las primeras sesiones, se fue dando de manera paulatina, pero inexorablemente se consolidó. Los distintos intereses, profesiones, temperamentos y procederes fueron ensamblándose con la sutileza de un sauvignon blanc, la redondez de un chardonnay, la dulzura de un moscatel, la firmeza del cabernet sauvignon, la robustez del pinot noir, la tanicidad del petit verdot, la elegancia del merlot, la densidad de la tinta de toro, la intensidad del shiraz, la versatilidad del nebbiolo, la nobleza de la tempranillo y la solidez de un tanat.

Afinidades vitales, "coupage" de amigos, complicidad de cofrades que, en uno de tantos efluvios etílicos, de los que, como decía Pablo Neruda, abren las puertas con asombro, se nos ocurrió la peregrina idea de hacer nuestro propio vino. De allí en adelante la pasión se abrió paso. Teníamos a un cofrade como enólogo de cabecera y las justificaciones entusiastas no faltaron. La iniciativa la compartimos con otros amigos y, encandilados ellos, se encarrilaron en este desenfreno. El vino, las etiquetas que hoy tenemos, devienen de ese aliento; de ese ethos amistoso, lúdico y juguetón. De ese entramado de voluntades, de ese compromiso con la vinicultura, la gastronomía y la amistad.

Todos quienes participamos en la producción del primer Hilo Negro 2012 nos sentimos absolutamente orgullosos por ese resultado pero, sobre todo, por congraciarnos en el camino y ratificar nuestro amistoso pacto. Después de 10 años, mucho vino, 22 medallas ganadas a pulso en el Concurso Mundial de Bruselas y otros tantos reconocimientos de revistas especializadas, sommeliers y de una clientela fiel cada vez más numerosa, hoy somos, no solamente amigos tejedores de vino, sino una extensa familia.

El núcleo de amigos que, más allá de la aventura de hacer vino, trocó ese primer impulso en un proyecto empresarial. No quedamos los más valientes ni los más guapos, sino los más perseverantes. Estamos quienes invertimos mucho más que nuestros comprometidos haberes.

Seguimos pavimentando el camino con nuestras capacidades y habilidades que, desde las muy personales experiencias, hemos adquirido. Tuvimos y mantenemos la absoluta certeza de que podíamos llevarlo a cabo y convertirnos, en el corto plazo, en una bodega vinícola de referencia para el Valle de Guadalupe y el país.

Acaso cierto candor, raciones de locura, capacidad de asombro y voluntad de enfocar y desenfocar para cambiar perspectivas creativas, nos han abierto caminos guiados por nuestro costurero Daniel Lonnberg para conceptualizar y elaborar caldos que, en conjunto e individualmente, detallen la personalidad, el carácter, la tipicidad y calidad que queremos de nuestros vinos. Sin olvidar nunca, por supuesto, que el vino lo hace el terroir y la planta.

La simbología del hilo es, además de universal, profunda. Lo evocamos como hilo de la tradición que se transmite siempre renovada, pero idéntica en esencia, de edad en edad, de tiempo en tiempo.

El acto de hilar, de tejer, simboliza procesos de creación y crecimiento. La persistencia del hilo en tanto trazo, huella indeleble, pareciera acentuar ese arquetipo harto traído y llevado de las parcas: esas apacibles hilanderas, entregadas a la reposada faena de entretejer la lana con finos hilos, marcando en cada puntada el destino del humano.

Así, con cuidado extremo hemos urdido verticalmente el destino de nuestra empresa, de nuestros vinos, del aunque suene cursi y afectado sueño que, anhelamos perenne, si lo retoman las generaciones que atrás vienen de nosotros.

Y dichosos nosotros que ya no tenemos que inventar el Hilo Negro, pues lo tenemos ya y queremos seguirlo compartiendo con ustedes.

In vino veritas. En el vino está la verdad.

nuestros compromisos

    • Ser una empresa vitivinícola que ofrezca vinos de gran fuerza en paladar, de tanino firme, potente y elegante, acidez evolutiva y sutil, pero con presencia de postgusto; de aromas definidos con gran apertura evolutiva, sin filtración excesiva que permita desarrollar un cuerpo estructurado y potente organolépticamente.
    • Elaborar un vino de excelencia que se distinga por cumplir los estándares de calidad y goce de la aceptación de los consumidores.
    • Ser una empresa promotora de valores para sus empleados y clientes; caracterizada por nuestra honestidad, trabajo en equipo, innovación, creatividad, disciplina, comunicación. En donde los socios encuentren un espacio lúdico para desarrollar su gusto por el vino.

viendo hacia adelante

    • Queremos ser un referente mexicano en la industria vitivinícola que brinde una experiencia integral de placer a nuestros clientes. Obsequiarles la posibilidad de conocer el mundo del vino a través de nuestra infraestructura que comprende el viñedo, la vinícola, el espacio multi-usos para eventos, el área de degustación y venta al público, así como el restaurante gourmet.

    • Queremos que la preferencia del consumidor se decante por nosotros y que en sus historias más emotivas Hilo Negro se instale en todos sus sentidos para cautivarlos por el resto de sus vidas.
    • Posicionarnos en la preferencia del cliente, tanto por su relación calidad-precio, como por su imagen y sabor. Que el sello distintivo sea la calidad y la creatividad.

Hilvanando en el tiempo

2010

Las hebras de hilo negro se empezaron a entrelazar en 2010, año en el que nuestro sueño vinícola se convirtió en realidad. Todo nació por el amor al vino y el deseo de obtener creaciones sorprendentes. En ese año surgieron las primeras ideas de formar una vitivinícola; se empezaron a conseguir los medios e insumos necesarios para arrancar y se decidió armar un equipo de costureros, hilanderos e hilanderas que pudieran tejer el hilo deseado.

En este año, un terruño colinar muy peculiar del Valle de Guadalupe se convirtió en el carrete de Hilo Negro. Ahí se rescataron vides longevas que se reubicaron para su mejor cuidado y se plantaron muchas otras nuevas y junto con ellas, las esperanzas de consolidar un viñedo que al tiempo diera frutos dignos de ser vinificados. La rueca empezó su trabajo.

2012

2013

Se dio inicio a la construcción del edificio principal y surgió el primer vino de Hilo Negro: un ensamble de nebbiolo y syrah cosecha 2012. Esta etiqueta marcó el inicio de una prolífica creación de vinos de alta calidad, que a la postre adoptarían el nombre de costuras de máquina de coser para ser identificados.

Se produjo el primer vino de edición especial de Hilo Negro. Fueron 288 botellas que se presentaron como vino exclusivo para la fiesta de vendimia del 16 de agosto de 2014. Asimismo, este año se crearon las primeras puntadas de Hilo Negro: Ricrac, Zigzag, Escala e Invisible. Los cuatro vinos insignia de la marca y que han estado vigentes desde ese entonces en toda la historia de la vitivinícola.

2014

2015

Inauguramos el edificio principal que alberga: el área de producción con una capacidad de procesamiento de 60,000 litros, una cava subterránea capaz de mantener en condiciones óptimas hasta 400 barricas bordelesas y el restaurante ´emat con una vista impresionante a los viñedos capaz de recibir hasta 120 comensales.

El 16 de marzo de 2019 se abrió al público la sala de degustación de nombre “Algaravino” que cuenta con el vino ideal para todos los gustos.

El 19 de abril del mismo año se inauguró el restaurante “Emat” cuyo propósito fue brindar una experiencia integral y maridar nuestros vinos en un mismo sitio.

2019

2020

Surgieron las puntadas: Tricot y Nido de Abeja, ambos elaborados con uva Primitivo 100% sólo que uno en versión rosado y otro en tinto respectivamente. Esta uva de origen italiano que se ha arraigado de manera muy favorable en el viñedo de hilo negro, ha dado grandes satisfacciones tanto a productores como a todo aquel que ha tenido la fortuna de probarlos.

Recibimos con agrado el surgimiento de Alta Costura, nuestro vino de gama premium.

2021

2022

Se tejió una de las más recientes costuras: Tiara, que encarna la calidad de los caldos con un sabor sobresaliente.

Damos la bienvenida a un majestuoso vino que, gracias a su calidad, hace notar el buen trabajo vitivinícola de la bodega Hilo Negro. Hablamos de "Ribeteado" un Cabernet Sauvignon 100% en formato colossum que rinde homenaje a uno de los varietales más arraigados y populares del mundo.

2023

Viñedo

El viñedo está localizado en el Porvenir, Ensenada, en el Valle de Guadalupe, la región vinícola más prestigiosa de México. Tierra de los Kumiai, a una altura de 312 metros sobre el nivel del mar y a 20 kilómetros de la costa con Latitud: 32.03 y Longitud: -116.67.

Esto nos coloca dentro de la franja del vino del hemisferio norte, con un micro-clima mediterráneo con veranos calurosos y secos e inviernos húmedos y templados.

El suelo que predomina es arcilloso, no presenta capas distintas, son claros y poco profundos.
Extendido sobre un terreno de ocho hectáreas, nuestro viñedo alberga más de 40 mil plantas entre las cuales se encuentran las siguientes variedades: Primitivo - Syrah - Nebbiolo - Cabernet Sauvignon - Sauvignon Blanc - Petit Verdot- Chennin Blanc.

Contamos con un sistema de riego por goteo y utilizamos la técnica de espaldera como método de conducción de nuestras vides.

Finalmente incrustado en la parte alta de nuestro viñedo, se encuentra el edificio principal de producción, dividido en 3 plantas (Área de recepción y molienda, Área de tanques y Cava subterránea) teniendo una capacidad de procesamiento de más de 50,000 litros y de albergar más de 400 barricas en nuestra cava. Esto nos da la posibilidad de estar produciendo de 40 a 45 mil botellas anualmente.

¿Olvidaste algo?

0